Siempre he mirado con sospecha la proliferación continua de los manuales más disparatados para: mejorarse, enriquecerse, adelgazar en diez días, conocer muchas chicas, etc. A menudo el manual es considerado una especie de manual de instrucciones en píldoras, un atajo para los más “pillos” que intentan resolver las cosas aplicando una fórmula preconstituida. En cambio, el diseño es algo que se construye diariamente, es un recorrido muy personal, hecho de un continuo rebote entre fracasos y mejorías, impulsos y estímulos de proyecto. Lo único que cuenta, a mi parecer, es el recorrido, la experiencia, guiada por la pasión, unida a una buena dosis de humildad, actitud a la escucha y a una increíble fuerza de voluntad. Hace algunos años, me hacía algunas preguntas, mucho antes que una renombrada escuela de diseño me pidiera organizar un curso sobre la metodología de proyecto: ¿diseñador se nace o se hace? La respuesta está “escrita” en las páginas de este libro ágil, a mitad de camino entre un tratado científico serio y una novela que busca un final a efecto. Si se lo consulta con la actitud justa, este manual se transformará en una fuente de inspiración única e irrepetible para el diseñador. Un libro abierto, personalizable, pero sobre todo un instrumento para mejorar el mundo, empezando por sí mismos, una página después de la otra.